domingo, 7 de febrero de 2016


          "ACERCA DE LA VIOLENCIA FAMILIAR Y EL ABUSO INFANTIL 
            DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO”  

           Lic    Graciela M. González

HOGAR. DULCE HOGAR

Es común tender a pensar al hogar como a un espacio idealizado, de afecto, de seguridad e intimidad y sin poder deshacernos de esa imagen idílica no alcanzamos a ver que la violencia existe en el seno familiar, legitimada por la costumbre, a través del tiempo. Hablar de violencia de género produce rechazo y negación. Rechazo al horror de que una persona encuentre en su casa peligro, humillación y aún la muerte, en lugar de protección y refugio. Este horror y este rechazo generan a su vez que la sociedad en su conjunto haya negado el tema a pesar de su magnitud. Incluso los profesionales a los que llegan estos casos, psicólog@s, psiquiatras, trabajador@s sociales, abogad@s, etc. no pueden creer lo que oyen.

La familia, la escuela, los sistemas políticos, culturales, religiosos etc. coinciden en sostener un orden establecido, que será formador de subjetividades y que termina posicionándonos jerárquicamente.

La violencia no es una categoría psicopatológica sino que se define en lo social. El estudio de las configuraciones familiares violentas las muestra anacrónicas y endogámicas. En los casos más extremos, hasta desconocedoras de la prohibición del incesto. Un déspota no favorece el despliegue de la singularidad: se arroga el derecho de dominio hasta del cuerpo del otro

La dinámica de la situación es la del terror, no la del masoquismo. El terror es des-simbolizante y sus efectos en el psiquismo son profundos: se afecta la auto-observación, la auto estima, el criterio de realidad.

Luego la escuela funcionará como transmisora del modelo de resolución violenta y autoritaria de los conflictos, fortalecedora de los estereotipos y mitos de género, (basta tomar como ejemplo los libros de lectura que se usaron por largos años), operando como aparato ideológico y de poder. Junto a los medios masivos de comunicación son espacios donde se reproducen las ideologías dominantes

La violencia es también una cuestión política. Provoca la discriminación de un grupo social percibido no solo como inferior sino como invisible: no alcanzamos a percibir totalmente el sexismo de la escuela, la actitud paternalista de algun@s jueces, los criterios tradicionales sobre el rol de las mujeres que expresan algunos medios de comunicación, la impunidad con que algunas instituciones la ejercen y mucho menos aun la que ocurre en el interior de familias. Desmentimos, negamos, usamos cualquier justificación para no ver y así terminamos siendo cómplices con nuestro silencio y nuestra pasividad

Los grupos victimizados parecen carecer de bienes y derechos materiales, ciudadanos, simbólicos y hasta eróticos. Pierden poder de autonomía o decisión. Parecen vivir en un a mundo donde no existe la democracia, donde no hay leyes que los protejan, donde ni siquiera son oid@s


¿CUANDO EMPEZO A HACERSE PRESENTE EL TEMA ENTONCES?


Durante la década de la mujer (1975 a 1985), el tema comenzó a tomar estado público mundialmente. En 1975 en el marco de la primera Conferencia Internacional de la Mujer en la ciudad de México se decide proponer la década siguiente como década de la Mujer.

Lamentablemente en nuestro país aquella década nos encontró fuera del estado de derecho La dictadura militar hizo que hubiera que esperar por el regreso a la democracia en 1983 para comenzar a transitar, tardíamente nuestra Década de la mujer. En este nuevo marco de garantías democráticas se celebra el primer 8 de marzo en Argentina. 3

En 1988 el famoso boxeador Carlos Monzón asesina a su mujer Alicia Muñiz y es juzgado por el crimen. Esto llevó a que muchas mujeres se animaran a denunciar sus propios casos. Si él, que es famoso, fue preso, mi marido también podría ser castigado…

FEMICIDIOS

Femicidio es el neologismo creado con la palabra femenino y la terminación -cidio (muerte, asesinato) y se refiere a la muerte evitable de mujeres tanto dentro de la esfera de la violencia de género, como por falta de atención médica a problemas sanitarios femeninos. El término originado en EEUU, está relacionado con el término genericidio creado por Mary Anne Warren en 1985 en su libro Gendercide: The Implications of Sex Selection y fue castellanizado por la antropóloga mexicana Marcela Lagarde. [1]

El término hace visible el hecho dramático que las mujeres entre los 15 y los 44 años corren más peligro de muerte entre los hombres (incluso entre los de sus propias familias) que de morir de cáncer, malaria, accidentes de tráfico o guerra combinados…. caracterizar como crímenes pasionales a los femicidios, título este que hace una sola cosa del amor y la violencia, contribuyó durante mucho tiempo a invisibilizar estas muertes de mujeres. Incluso se usaba una tristemente célebre frase de la época de la dictadura, que intentaba justificar las desapariciones forzadas de personas con un “por algo será”, para justificar esta violencia de género

Luego, lentamente, la violencia empezó a conceptualizarse de otra forma y debido al alto número de casos, entre otras razones, dejó de considerársela como un problema personal, para pasar a ser un problema social. Caracterizar como crímenes pasionales a los femicidios, título este que hace una sola cosa del amor y la violencia, contribuyó durante mucho tiempo a invisibilizar estas muertes de mujeres. Incluso se usaba una tristemente célebre frase de la época de la dictadura, que intentaba justificar las desapariciones forzadas de personas con un “por algo será”, para justificar esta violencia de género

Luego, lentamente, la violencia empezó a conceptualizarse de otra forma y debido al alto número de casos, entre otras razones, dejó de considerársela como un problema personal, para pasar a ser un problema social.

Las estadísticas mundiales, como la de las Naciones Unidas ya en 1986 hablan de un 74 % violencia asimétrica (un hombre golpea a su mujer y/o a sus hij@s, un 23% de violencia, cruzada entre hombres y mujeres y un 2 a un 3 % en que la víctima es el hombre.

HAGAMOS EL INTENTO DE ENTRAR A ESOS HOGARES Y VEAMOS LO QUE PASA ALLÍ.

Seguiremos para esto a Leonore Walker quien describe el ciclo de la violencia conyugal dividiéndolo en tres fases

Fase 1: Acumulación de tensiones:

El hombre comienza a acumular tensiones porque la mujer no hace las cosas como el quiere. La mujer pasa por alto los incidentes menores porque cree que si complace a su pareja no habrá un episodio de golpes.

Fase 2: Estallido de la violencia

La violencia contenida estalla en un episodio de golpes que, a medida en que pasa el tiempo suele ser mas graves. De cachetazos y empujones al principio, se pasa a golpes, patadas e incluso al uso de armas

Fase 3: Luna de miel

Luego del episodio de golpes el hombre se muestra generalmente arrepentido y promete no volver a golpear. Trata de ser amable y busca que otro sea el culpable de lo que paso. Suplica para no ser abandonado y la mujer cree en sus palabras y aun mas, es feliz de que el la necesite tanto y confía en que no volverá a suceder.

Como vemos en el esquema, este ciclo es un continuo y luego de la fase 3 lamentablemente se vuelve otra vez al principio.

…PERFIL DEL HOMBRE GOLPEADOR

Es el que ejerce abuso emocional y/o físico y /o sexual y/o económico sobre su compañera. Pertenecen a esta categoría hombres de todo tipo y condición social y económica, sobrios o alcoholizados. Entre sus antecedentes se encuentra que un alto porcentaje de estos hombres fueron chicos golpeados. Tienen una concepción sexista de los roles masculinos y femeninos y golpean cuando sienten su autoridad menoscabada. A lo aprendido en sus casas cuando niños, se les suman los mensajes violentos adquiridos en la escuela, en sus familias, en instituciones religiosas, en los me dios de comunicación, etc. que les hacen ver a la mujer como un objeto de su propiedad

Por otra parte aunque maltratan a su mujer también necesitan de ella son posesivos y caen frecuentemente en los celos patológicos. Suelen ser muy seductores y sumamente hábiles para conseguir lo que desean y nadie puede creer, fuera de su entorno familiar, que ese hombre tan “simpático” golpea a menudo a su mujer.

Creen que manifestar los sentimientos es cosa de débiles y mantienen gran cantidad de relaciones superficiales que los hacen parecer llenos de amigos. Si alguien les reprocha su actitud violenta suelen justificarse diciendo que su mujer se lo merecía, o que alguien debe mandar en esa casa y así, eternizan un orden social que ellos creen justo y que sus hijos repetirán a su debido tiempo. No conocen otra forma de mantener el poder que a través del temor y la amenaza y no conocen otro modelo, como el del amor, la tolerancia y la enseñanza. Son controladores y tienen una idea machista de lo que debe ser el papel del hombre y la mujer en e1 matrimonio, hasta que un día la denuncia de la mujer en la comisaría o su pedido de ayuda en algún centro asistencial para mujeres golpeadas, saca a la luz lo que se mantenía oculto en la intimidad

…MUJER GOLPEADA

Se define así a la mujer que ha sido objeto repetidas veces de agresiones físicas y /o emocionales y /o económicas y/o sexuales. Soporta el control de su compañero que la vigila de cerca, que no le permite hacer cosas tales como visitar a familiares o amigos, que estos la visiten, que no le permiten trabajar o estudiar o ir a un club, etc. Soportan a veces el maltrato intencional de su compañero a objetos o animales que poseen o quieren. No se incluye aquí en esta definición a las parejas en las cuales existen acuerdos sado-masoquistas. POR QUE SE QUEDAN ESTAS MUJERES?

Ahora bien, ¿qué es lo que hace que una mujer soporte, incluso por largos años esta situación? Parece incomprensible, pero hay motivos para ello. Repasemos algo sobre mitos e imaginario social para entenderlo un poco mejor.

Los mitos son producciones ideológicas que repercuten en la constitución del psiquismo inconsciente. Son sociales porque constituyen un conjunto de creencias y deseos colectivos que ordenan la valoración social de un tema dado. Y son individuales porque dan los parámetros de imaginarización individual de cada creencia.

Las fuerzas sociales ordenan las prácticas: sin pasar por nuestra reflexión, realizamos actos, cuestiones del orden de lo no conciente, implícitas. Decimos “nos sale así” o “así debe ser” pero detrás de esta aparente naturalidad estamos frente a complejos procesos inconscientes y a la vez sociales. Esto nos remite a los discursos subjetivos, pero también políticos, ideológicos, etc. con los cuales una sociedad dada habla de sus mujeres.

 “El mito es un conjunto de creencias que opera como organizador social y estructura una relación que nunca es simétrica con los ideales por un lado y con las prácticas concretas por el otro” [2]

Toda la sociedad esta articulada en un sistema de poderes relacionado a los mitos del imaginario social. Las familias donde ocurren los episodios de violencia tiene expectativas muy fijas de funcionamiento tradicional, patriarcal, y una preferencia por el autoritarismo y por la inmutabilidad de las pautas antes que por la libre elección. El patriarcado se organiza con una división de roles sexuales con atributos jerárquicos implícitos. El rol de la mujer es reproductor, doméstico, con su sexualidad controlada. El discurso del patriarcado sobre las mujeres se basa en una “naturaleza femenina” que convalida la dependencia de las mujeres al ordenamiento social establecido.

Y ASI LA “REINA DEL HOGAR” TERMINA SIENDO LA “CENICIENTA”

Ahora entonces estamos en condiciones de intentar contestar nuestra pregunta: por qué se quedan estas mujeres?

Podemos intentar explicarlo basándonos en tres modelos:

1. Individual: La explicación es que la violencia se da en casos aislados, que pegan los borrachos o los enfermos. Esto no es cierto, No todos los alcohólicos pegan a las mujeres y es mucho mayor la proporción de los que pegan sobrios. Es más, el borracho que pega, le pega a su mujer, no a su jefe o a sus vecinos. Tampoco el número de enfermos mentales es mayor en el grupo de hombres golpeadores, que en la sociedad en su conjunto. Son violentos solo con quien “saben” que pueden serlo. Si los llamamos enfermos, les quitamos responsabilidad y culpabilizamos a las mujeres. ¿Cómo ella va a abandonar a un alcohólico o a un enfermo? Su deber es ser abnegada y quedarse para cuidarlo.

2. Sociocultural: La violencia, se nos dice, es una manifestación de la sociedad global, una forma ejercicio del poder. La sociedad en su conjunto no sanciona al golpeador por que “no hay que meterse en cuestiones de familia” o porque son “cosas íntimas de una pareja” o porque “a pesar de todo es un buen padre”. Hay un permiso social para golpear a mujeres y chic@s y esto no es una exageración ¿quien no escuchó decir que una buena paliza a tiempo es lo mejor para corregir a un/a chic@?. Los golpeadores se sorprenden si les hacemos notar que golpear es un delito: ¿Como que no puedo pegarle?, ¿no es acaso mi mujer, (o mi hijo/a)?. Por otra parte se tiende a creer que estas son cuestiones de marginales, lo cual puede desmentirse observando los registros que todas las instituciones dedicadas al tema llevan: hay de todo, profesionales, artistas, policías, incluso profesionales de la salud. Claro que estos casos se ven menos porque concurren a consultorios privados a hacerse curar de sus heridas. A las mujeres golpeadas se las presiona para que no denuncien a los maridos, para que no les “ensucien” los prontuarios porque ¿cómo vas a hacerle eso al padre de tus hij@s? La justicia es lenta, a la policía, le cuesta tomar las denuncias, pero igual hemos comprobado que las denuncias sirven al menos para parar momentáneamente los episodios de violencia. Debemos recordar que existen numerosas mujeres para las cuales la esclavitud, la privación ilegitima de la libertad, la tortura emocional, el lavado de cerebro, etc. son parte de su vida cotidiana y que para ellas y sus hijos no parecen existir las garantías constitucionales.

3) De la constitución del aparato psíquico de las mujeres:

Referirse a la constitución del aparato psíquico de las mujeres es la explicación más frecuente que se nos da para contestar nuestra pregunta. O sea, que como las mujeres son “naturalmente’ masoquistas se quedan porque les gusta que les peguen Las mujeres, según este esquema, son sumisas, sometidas susceptibles, pasivas, etc, como característica incuestionable y principal. El estereotipo de salud para las mujeres difiere del estereotipo de salud para los hombres.

Un hombre con las características antes mencionadas no seria considerado un adulto sano. Nosotras/os pensamos que el masoquismo no es “natural” en la mujer. Podernos ver así como los mitos subsisten vistiendo ahora ropajes presuntamente científicos.

PERO SI SOSTENEMOS QUE LAS MUJERES NO SON NATURALMENTE MASOQUISTA ¿POR QUE NO ABANDONAN ENTONCES AL GOLPEADOR?

Esto es lo que les preguntan tod@s aquell@s que con buena voluntad quieren ayudarlas, incluso los propios hijos/as de estas mujeres. Recordemos el ciclo de la violencia: primero ellas creían que él iba a

8 En el transcurso del tratamiento se podrá interpretar en tal sentido, no al principio cambiar de actitud. No nos olvidemos que él no es un extraño sino el hombre que ella amaba o ama aun. Quiere creer que todo se va a solucionar

Luego, con el paso el tiempo se quedan porque temen perder u vida o la de sus hijos/as, o por falta de posibilidades económicas. Recordemos que ellos no las dejan manejar dinero, ni trabajar, ni mantener relaciones con quienes pudieran ayudarlas. Otras incluso han sufrido una especie de lavado de cerebro” producto de un proceso activo derivado de la conducta de su compañero. Tanto escuchar lo malas, locas, feas e inútiles que son les va destruyendo su autoestima, y se convencen de que efectivamente no valen nada, se resignan. Esto es un estado de indefensión aprendida . Las mujeres nos cuentan que, aunque desean un rol más flexible en la relación con sus parejas, terminan respondiendo a las demandas de los golpeadores debido al miedo que tienen de ser dañadas.

La mujer golpeada va adoptando un repertorio de comportamientos estereotipados que al principio tienen éxito para minimizar la severidad del ataque, pero que en estados mas avanzados son conductas reflejas que van perdiendo efectividad y que entorpecen el desarrollo de otras salidas más adecuadas que les permitan terminar con la situación. Todo esto no debe confundirse con el goce del masoquismo.

Es importante que los profesionales podamos diferenciar el masoquismo corno rasgo psicopatológico con lo que significa ser víctima de violencia. Si alguien no suficientemente entrenado interpreta en las primeras entrevistas algo en relación a su supuesto goce (o sea, sobre su implicancia en el maltrato estas mujeres son doblemente victimizadas. 

Generalmente han tardado años en animarse a realizar la primera consulta y muchas veces esta es la única vez en que pedirán ayuda. Debemos escucharlas y tomar las medidas necesarias según la gravedad del caso.

Un interrogatorio iatrogénico refuerza los mitos sociales a los que aludíamos antes y culpabiliza doblemente a la mujer: en cambio, un/a profesional que crea su relato, que le haga ver que no esta sola en su situación y que la acompañe sin presionarla en este trayecto, establecerá desee el principio una buena alianza terapéutica. Incluso debemos estar preparados/as para comprender y aceptar como parte del proceso, que muchas de ellas vuelven una y otra vez con el golpeador.

La dificultad de l@s profesionales para diagnosticar este tipo de configuración familiar hace que frente a una mujer aterrada y a un hombre aplomado, de característica doble fachada, tranquilo y pausado en su hablar, tiendan a dar la razón a este ultimo, colaborando así en la perpetuación del ciclo de la violencia.

Las pruebas psicológicas habituales detectan eficazmente la agresividad subyacente en algunos de estos hombres, pero muchas veces se impone la idea de que su conducta fue provocada por la victima y se pasa por alto. El intento de convocarlos por medio de una entrevista de pareja está contraindicado: el vínculo es marcadamente asimétrico y la mujer, por temor, no se atreverá a hablar delante del golpeador. La victima (sea mujer, niño/a anciano/a o discapacitado/a), llega a denunciar las situación de maltrato en que vive luego de un largo periodo de convivencia (generalmente mas de diez años) y presenta lo se describe como síndrome de la mujer maltratada.

La mujer maltratada presenta un estado de parálisis emocional progresiva y adquiere el síndrome de indefensión aprendida : es una mujer inmovilizada, que no hace nada para defenderse o pedir ayuda ,generalmente por temor a provocar una respuesta mas violenta aun .Se autodesvaloriza pues hace mucho tiempo que es insultada, despreciada y castigada. A veces esta esperanzada en que un día la situación pueda variar, recordemos que como la violencia es cíclica, algunos periodos son “tranquilos” y se encuentra aislada y apartada de sus familiares y amigos

Todo esto sucede no sin afectar la salud psíquica y física de la mujer: el estrés al cual se ve sometida afecta sus sistemas inmunológico y endocrino, dispara su presión arterial, la hace vulnerable a accidentes caseros y propensa a trastornos ginecológicos. Si llega a un consultorio psicológico o psiquiátrico muchas veces solo se percibe su masoquismo, en los otros, se la medicara con psicofármacos, lo cual esta contraindicado ya que la lentifican aun más, imposibilitándole seguir con las estrategias que ha desarrollado para sobrevivir.

El desconocimiento por parte de los profesionales de estas características de la violencia de género provoca muchas veces la doble victimización de la mujer: se interpreta desde el imaginario social, se evita diagnosticar la dinámica de terror de la situación, se le adjudica a la victima una elección deliberada de la situación y se minimiza el peligro de muerte que corre.



[1]  Mas de 5000 mujeres y niñas son asesinadas cada año por miembros de su familia en los así llamados asesinatos por honor', de acuerdo a la O.N.U.. Estos crímenes ocurren en culturas donde se cree que ciertas conductas sexuales de las mujeres traen tal vergüenza a la familia, que la mujer acusada o aun sospechada, debe ser ejecutada. Las razones de estos crímenes pueden ser tan triviales como hablar con un hombre o tan inocentes como ser victimas de una violación .Para mas datos ver : http://www.stophonourkillings.com/

[2] 5 Fernandez Ana Maria